De la tierra, pasando por el agua, el asfalto y finalmente, el Dakar
EN BREVE…
J.P.
- A Joan Piferrer sí se le puede llamar todo terreno. Empezó compitiendo de pequeño en motocross, en tierra, para luego correr en motos de agua a nivel internacional y en carreras de velocidad en moto y coche sobre asfalto. Todo ello, hasta cerrar el círculo y volver al que considera su verdadero hábitat natural: la tierra y los desiertos. Lo hace cumpliendo su sueño de correr el Dakar.
- El barcelonés corrió en moto de agua en categoría Modified. Se metió en ese mundo por casualidad. Tenía una moto de agua que usaba en su tiempo libre y un día el equipo Polaris le vio entrenar. Le pidieron que probara una de sus motos de agua, y sin jamás haber competido con ellas, igualó desde el comienzo los tiempos de sus pilotos. Desde entonces, compitió en motos de agua desde el 1992 al 1996, tanto a nivel catalán, nacional como internacional. Fue campeón de Europa en 1996, campeón de España en 1995 y 1996 y 3º en el campeonato del mundo de Dubai en 1995.
- Este empresario de restauración, con dos restaurantes en Tenerife, además de negocios inmobiliarios, se compró un buggy hace 10 años para hacer kilómetros por Marruecos, país al que ha ido en 12 ocasiones para estar una semana entrenando y disfrutando del desierto. Siempre había tenido en mente la idea de correr el Dakar y a sus 60 años decidió que había llegado el momento de cumplir su meta. Lo hará en la categoría de Challenger.
- Joan hizo un test de una semana previo al Rally de Marruecos con su nuevo Can-Am para prepararse para la antesala del Dakar y quedó encantado con su rendimiento en su primera carrera, acabando en el 16º lugar pese a los muchos Taurus que había en competición.
J.R.
- Joan Rubí afronta su 9º Dakar. El copiloto catalán es un ejemplo de persistencia ante la dureza de la prueba. En 2009, como copiloto de José López, abandonó en su debut por un accidente. En 2010, dijo adiós en la etapa 9 por la rotura del cambio. En 2011, al lado de Diego Izquierdo, la suerte le volvía a dar la espalda por la rotura del motor en la etapa 7. En 2012, con Eduardo Amor, una rotura de la suspensión a dos días de acabar el Rally le obligaba a decir adiós cuando estaban ya a las puertas de Perú. Pero siguió insistiendo. A la quinta cumplió su sueño de llegar a la meta del Dakar. Fue en 2016, como navegante del boliviano Alberto Rodrigo Gutiérrez, subiendo al podio de la clase T3.1.
- El Dakar de 2017 fue la consagración para esa dupla con una meritoria 16ª plaza en la general de coches. En 2022 se pasó a los vehículos ligeros al lado de Josep Rojas y en 2024 debutó en Challenger junto al mítico Xavi Foj.
- Su historia es llamativa: Rubí era director técnico en una multinacional del sector del automóvil para España y Portugal y hacía muchos años que se planteaba hacer un cambio de vida por la dificultad de compaginar su trabajo con su pasión por el copilotaje. Finalmente, hace dos años se arriesgó, dejó su trabajo, rechazando un muy buen puesto y sueldo para pelear por sus sueños. Optó por centrarse en el copilotaje para poder aceptar todas las carreras que le propusieran y creó una empresa de organización de even
AMBICIÓN 2025
J.P.: “No es que me haga un regalo por cumplir 60 años, sino que hacer el Dakar era algo que tenía en la cabeza desde hace mucho tiempo, desde siempre. Y este año conocí a personas de Buggy Masters, fui a hablar con el equipo, me vendieron su coche y lo gestionamos todo para hacer el Rally Marruecos, luego el Dakar y luego ya veremos. Hace 10 años que voy en buggy y dije: “si no lo hago ahora que tengo 60 años, no sé cuándo lo haré”. Así que me compré el Can-Am, hice un test en Marruecos de una semana y luego me fui al Rally para hacer un test real en carrera antes del Dakar”.
“El Rally de Marruecos fe muy bien. Fui de menos a más y creo que si hubiese empezado el Rally como lo acabé, la clasificación hubiese sido mucho mejor. Acabamos muy contentos y con Joan Rubí nos entendimos muy bien dentro del coche. Ahora el objetivo es acabar el Dakar, eso es lo primero, y luego, hacerlo en la mejor posición possible pero siendo realistas”.
J.R.: “Era director técnico en una multinacional del sector del automóvil y hace dos años decidí dejar el despacho por el paisaje, las dunas y el motor. A mi edad, dije adiós a todo y arriesgué. ¡Y lo tenía que haber hecho antes! Siempre da miedo salir de la zona de confort, porque estás en un buen cargo, con un sueldo cada mes y sin tener que preocuparte. Pero lo que realmente tenía ganas era de tener más tiempo para hacer más carreras de copiloto”.
“Por ejemplo, este año he hecho 4 o 5 grandes raids de una semana y eso antes era impensable. Si me iba al Dakar sacrificaba 20 días de mis vacaciones y me quedaban 10 días para irme con la familia. Y para un proyecto como el de Joan Piferrer, para preparar el Dakar ya hemos tenido que hacer test en Marruecos durante una semana, correr el Rally Marruecos y luego nos vamos al Dakar. Siendo amateur, eso es imposible”.