"Necesito un cambio de suerte"

Se podría decir que Toby Price es un guerrero moderno en todos los sentidos. Podría fácilmente desempeñar un papel en cualquier película antigua o nueva de Mad Max. Primero por su look: melena, lleno de polvo, barba desaliñada. Segundo por su agilidad con el manillar o al volante de un coche de carreras. Sus declaraciones tampoco destacan por ser altamente filosóficas. En las entrevistas suele hablar de sí mismo en tercera persona, no por ser pretencioso, sino para incluir a todo el equipo que le acompaña en sus hazañas y para hablar sin parar de carreras, carreras y carreras. Tampoco le van los discursos largos. En el último Rallye du Maroc, pareció encontrar la solución, sin querer. Una caída con la moto y un fuerte golpe en la garganta contra una rama, que le dejó sin voz. Comunicación cero, pero un objetivo intacto: ganar un tercer Dakar, para igualar a Richard Sainct (1999, 2000 y 2003) y superar a Hubert Auriol, Gaston Rahier y Fabrizio Meoni. El australiano es un competidor veterano que disputa su 10º Dakar en enero y que no ha dejado a nadie indiferente desde su descubrimiento del rally. En 2015, aterrizaba en la prueba como un ovni un joven australiano, cuadrado como un jugador de rugby. Toby Price era un desconocido en la escala planetaria del Dakar. Destacaba ya por su rapidez y aprendió pronto las sutilezas de la navegación sin ceder jamás ante la presión en su camino hacia un impresionante podio final. Un año más tarde, como parte del equipo oficial de KTM, Price confirmó su estatus y se convirtió en el primer australiano en alzarse con la victoria en cualquier categoría. Su segundo título en Lima en 2019 sirvió para demostrar, una vez más, su valor frente a la adversidad, en esta ocasión con una muñeca lesionada. A lo largo de su carrera profesional ha tenido ocasión de visitar un gran número de hospitales en todo el mundo. El año pasado, este piloto de Hilston en Nueva Gales del Sur, se aferró al primer puesto hasta el último día, en el que tuvo que ceder la corona a Kevin Benavides, por tan solo 43 segundos. La segunda posición se repitió en el último W2RC, al quedar detrás de Luciano Benavides, pese a ganar el Rallye du Maroc. El segundo puesto empieza a irritar a Price, sobre todo porque aún no ha tenido ocasión de alzarse campeón en Arabia Saudí. Aunque se podría corregir con una tercera victoria. A sus 36 años también está disfrutando de una carrera exitosa en coches. Este año ganó el Finke Desert Race en Australia por tercera vez consecutiva y tiene el ojo puesto en la Baja 1000. La transición para las próximas ediciones del Dakar parece haberse completado.

"El último Dakar no lo gané por los pelos. Me quito el sombrero ante Kevin Benavides, que hizo un trabajo extraordinario. Sabía que iba a estar muy reñida la cosa. Tuve que pelear duro en cada etapa. Me salté tres way points por unos pocos metros en la última especial. Y perdí un tiempo muy preciado al tener que volver atrás. Por supuesto, el objetivo era ganar y resulta muy frustrante perder por un margen tan pequeño. Pero finalicé en buena forma, sin ninguna lesión y logré volver con un trofeo. Eso es lo más importante. Estoy preparado para una nueva edición y tengo muchas ganas de disputar el próximo Dakar. En cuanto al Rallye du Maroc, así son las cosas. Gané el rally, pero no ganar el campeonato es duro. No se puede hacer nada. Enhorabuena a Luciano (Benavides). Fue un bonito duelo y lo di todo. Siempre doy al 100%. Solo necesito un cambio de suerte."